La primera vez que las hice se me quedaron babosas, la segunda vez algo secas y ya por fin he dado con la tecla y con las cantidades justas, aquí les dejo la receta de la abuela para preparar una deliciosa albóndigas de pollo.
Ingredientes:
- 500gr de carne picada de pollo
- 2 dientes de ajo
- un trozo de 5 cm de pan duro del día anterior
- 1 huevo L
- Perejil
- Sal
- Un poco de harina para el rebozado
- Aceite
Elaboración:
Ponemos la carne en un recipiente, la salpimentamos al gusto y la mezclamos con el huevo batido.
Picamos unos ajos en trocitos muy pequeños, yo suelo usar el machaca-ajos o un instrumento similar.
Picamos también el perejil en trocitos muy pequeños y añadimos todo a la mezcla.
Humedecemos el pan en el grifo y lo escurimos para que no incorpore mucha agua a la masa. Lo hacemos migas con las manos encima del recipiente con la mezcla y amasamos deshaciendo las migas más grandes.
Debe tener una textura “aparentemente” homogénea.
Dejaremos reposar en el frigorífico un par de horas para que la masa se asiente.
Pasado este tiempo pondremos aceite en un sartén y dejaremos que se caliente. Mientras iremos haciendo bolitas con la masa de 2 a 3cm de diámetro (al gusto de cada uno) y las rebozaremos en harina. Luego lo pasaremos por un tamiz para que desprenda la harina que le sobra y lo introduciremos, con cuidado de no quemarnos, en la sartén.
Las retiraremos cuando adquieran un aspecto doradito apetecible… mmmmmm, “que güenas”.
Recomiendo no poner demasiadas albóndigas a la vez en la sartén, siempre dependiendo del tamaño de la misma, de 4 a 5 son suficientes.
Normalmente, una vez fritas, se suelen poner en un olla con tomate frito, pisto o cualquier otro sofrito de verduras que también les suele dar un toque especial, pero yo me quedo con estas.