En otras ocasiones les he hablado acerca de lo que es trabajar para lograr el desempeño máximo, y lo importante que es tener un control absoluto sobre lo que ocurre con tu tiempo. Ahora te hablaré de algo que afecta de manera directa a quienes trabajan fuertemente y tienen un negocio exitoso.
Los límites autoimpuestos frente a los límites reales posibles. Primero tengo que decirte que la mayoría de la gente nunca, nunca, nunca se atreve a poner a prueba sus límites. Por supuesto que, hay límites ya sea por las limitaciones en tiempo, energía, resistencia o dinero, pero muy pocas personas logran tener su sistema optimizado de manera que puedan trabajar con todos los recursos funcionando integrados.
Ahora conozco personas que si están trabajando de manera óptima, el problema es que es imposible, trabajar en decenas de proyectos, coordinar reuniones con muchísima gente, sin que luego de eso la calidad y el valor de lo que vas a hacer se vea drásticamente afectado. Esto suele suceder por la cantidad de tus recursos, por lo general si decides trabajar de esta manera terminarás realizando un mal trabajo.
Así que hay que DISCRIMINAR, aguantarse y abstenerse. Hay que ser selectivos acerca de lo que decidas hacer y lo que no.
- Tienes que poner las cosas que no sean importantes en un segundo plano, tu horario debe estar escrito en piedra.
- Tienes que pensar por completo si frente a ti están las buenas oportunidades, lucrativas e interesantes o por el contrario debes esperar un poco.
Para que una persona exitosa valorar las oportunidades y escoger las mejores oportunidades puede ser algo sumamente difícil.
Tú y yo debemos modificar nuestra forma de trabajar basado en evaluaciones razonables y realistas de lo que podemos hacer, y lo que queremos hacer.
En ocasiones puede ser muy sabio moderar, el ritmo de crecimiento y éxito cuidadosamente. En un momento puedes llegar a decir “ya es un número suficiente”. El rey que sigue añadiendo habitaciones a su castillo, sin nada que poner en ellas, y sin razones para tenerlas, es un necio.
Muchos de los empresarios son prisioneros cautivos de sus negocios porque son ignorantes de “nuestro tipo de estrategias de marketing y estilo de vida empresarial”. Ellos están en guardia 24-7, se sienten incapaces de estar lejos para pasar unas vacaciones por una semana o estar desconectados durante una hora. Esa es una especie de prisión.
Otros son encarcelados por el fracaso – de sus escasos ingresos. Pero el éxito puede ser una prisión, también. Tu puedes convertirse en cautivo de la ambición sin límites. El toque de Midas te puede maldecir.
Por lo tanto, sería bueno dejar de lado un poco de tiempo para comprobar en tu brújula, verificar tu definición completa de “éxito”. De lo contrario, podrías perder el norte.
